El gigantesco ego de Baldizón

Figuras mesiánicas que exhiben su ego, y se anuncian como que fueran vendedores de cremas, anteojos o corbatas, en lugar de generar propuestas políticas sólidas.

Sylvia Gereda Valenzuela
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A Manuel Baldizón, diputado de la bancada Lider y quien cuya fotografía en vallas gigantes contamina el panorama de gran parte del país, el ego no le cabe en este pequeño terruño guatemalteco.
A lo largo de las campañas políticas es interesante ver cómo todos los candidatos van tomando su figura y sus matices. Existen los duros, de rostro fuerte, los amables y sonrientes, los soberbios, pero lo que resulta preocupante es cuando surgen figuras mesiánicas que lo único que hacen es mostrar su ego, y exhibirlo como que fuera un anuncio publicitario de cremas, anteojos o corbatas, en lugar de generar propuestas políticas sólidas.


Cuando esta superficialidad se apodera de los candidatos, la situación se torna preocupante; particularmente para un país como Guatemala donde la vanalidad en el tema político y la falta de propuestas serias han sido una costumbre. En un país cuya población, mayoritariamente analfabeta o pobre, ha sido engañada y encandilada con espejitos, canciones, láminas, bolsas solidarias y ahora con figuras mesiánicas, no queda más que hacer un llamado al orden a los candidatos para que se comporten a la altura de la seriedad que exige la crisis que se vive en Guatemala.


En este caso, me ha llamado la atención no solo ver la exagerada publicidad y figura de Baldizón, que ahora hasta se pinta como una deidad que desde las vallas mira al cielo; sino también el excesivo ego que lo ha hecho caer en una lamentable situación donde se ha dedicado a esculpir imágenes y esculturas con su rostro, que además violan la ley.
El día de jueves, elPeriodico publicó una nota titulada “Manuel Baldizón, inmortalizado”, donde hace referencia a la inauguración de un monumento del adulto mayor que tiene como figura central a Baldizón, acompañado del presidente de la Asociación Nacional del Adulto Mayor. Esta estatua que se erige sobre la calle principal de Santa Elena, Petén lleva el nombre del diputado.


Pero además, su colección ególatra que lleva su nombre se extiende al Centro Cultural Doctor Manuel Baldizón, donde se construyeron canchas de fútbol, centro recreativo, parque acuático y hasta un parque, cuando el mentado dirigente del partido Lider dirigía la Comisión de Finanzas del Congreso.
Es un exceso y una abusivez, que los diputados, con fondos públicos erijan obras con su nombre y aunque en el caso de la esfinge del adulto mayor se ha dicho que es una donación, a mi juicio es cuestionable que en un país tan pobre y con tanta necesidad se estén invirtiendo fondos en ensalzar el ego.


Como si no fuera suficiente, las estaciones de Bomberos Voluntarios de San Luis, San Benito, Poptún y La Libertad fueron bautizadas con el nombre de Baldizón, según consigna la nota.
Aunque Baldizón diga una y otra vez que su gestión ha sido a favor del pueblo y que ha gestionado obras, al final de cuentas sus intenciones terminan confundiéndose con intereses politiqueros, ególatras y mesiánicos.
Dice la Biblia, “que tu mano derecha no se entere de lo que hace tu izquierda”. Es lamentable que este consejo no se cumpla en el dirigente del partido Lider, pues al final lo que hereda y su único legado más allá de las esfinges y monumentos que serán destruidas con el paso del tiempo y luego serán olvidadas; será el legado de una contienda vacía. En último caso, es obligación de cualquier funcionario público gestionar y realizar obras a favor del pueblo que lo eligió. Sería absurdo que todos los que han gestionado obras pensaran en realizar una escultura para rendirse homenaje.


El ex vicepresidente Francisco Reyes solía coleccionar medallas y condecoraciones; ahora Baldizón colecciona esculturas y vallas gigantescas con su imagen. Que lamentable que los políticos no hayan comprendido que su legado debe ir más allá de cemento e imagen. En un país como Guatemala el legado debería de ser por un país alejado de la pobreza, la inequidad y la violencia.
Ojalá y en el panorama electoral, en medio de esta locura y mesianismo, surjan candidatos con liderazgos sólidos, serenos, serios y de acuerdo a la crisis nacional que debemos de afrontar y corregir para salir adelante.
No en balde estas actitudes han causado el enojo del pueblo, como sucedió en abril de 2010, cuando un grupo de jóvenes universitarios arremetió contra la escultura de Baldizón, destruyó su rostro e hizo pintas. Era una manera brutal y violenta de demostrar su inconformidad por el monumento. Sería conveniente que los políticos escuchen esas señales.